Hizo falta tanto, tanto para verlo.
Querían hacernos creer que no iba a pasar nunca, que la impunidad iba a ser eterna. Tuvimos que aguantar las leyes de obediencia debida, de punto final y los indultos. Tuvimos que aguantar verlos en la calle como a cualquier otro, como si no tuvieran la culpa de nada. Tuvimos que inventar los escraches, tuvimos que, adonde fueran, irlos a buscar.
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